Nuestra salud depende de la capacidad de nuestros órganos para realizar de manera correcta sus funciones. El hígado tiene varias funciones dentro de las cuales están: la producción de glucosa, la transportación de nutrientes, la síntesis de triglicéridos y colesterol, el almacenamiento de azúcares y la eliminación de desechos perjudiciales de nuestro organismo.
Bien sabemos que las enfermedades son las causantes de este desequilibrio y una de las enfermedades más comunes que afecta nuestro hígado es la hepatitis de la cuál hay 5 tipos A, B, C, D y E y como para prevenir hay que estar bien informado, aquí les mostramos la diferencia entre las dos más comunes:
Hepatitis A
Es causada por el virus A (HAV). Su duración puede variar, si dura menos de 6 meses es aguda y si persiste por más tiempo es crónica, casi siempre es una infección aguda y raramente resulta ser fatal. Este virus se encuentra en las heces fecales de las personas afectadas. Su forma de transmisión más común es por medio del agua o alimentos contaminados con heces que contienen el virus. También hay riesgo de contagio si vives con una persona infectada, al mantener relaciones sexuales con alguien infectado (sobretodo si son por vía anal u oral) y al viajar a países en los que ésta enfermedad es común. Los síntomas típicos de esta enfermedad son: ictericia (piel y mucosas amarillentas), orina oscura, dolor abdominal, pérdida de apetito, fiebre, diarrea y fatiga.
Hepatitis B
Es causada por el virus B (HBV). Suele comenzar como una infección aguda y solo en menos de un 5% se convierte en crónica (llegando a causar daño al hígado a largo plazo). Si llega a ser crónica, dura toda la vida. Su forma de transmisión más común es por vía sexual, ya sea teniendo contacto directo con sangre o fluidos. Otras formas de contagio son: la perinatal (de la madre al bebé al momento de nacer), transfusiones de sangre y al compartir inyecciones. Los síntomas típicos de esta enfermedad son: ictericia, orina oscura, fatiga extrema, náuseas, vómito, dolor en las articulaciones y dolor abdominal. Cabe mencionar que cerca del 30% de quien la padece no presenta síntomas. Este virus es la principal causa de la hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado.
Las diferencias clave
- La hepatitis A suele ser menos grave que la B.
- La hepatitis B suele contagiarse por la sangre y distintos fluidos.
- La hepatitis A suele contagiarse por vía oral y fecal.
Debido a la similitud en su sintomatología, para diagnosticarte, tu médico le preguntará sobre tu historial familiar, te harán un examen físico y te solicitarán un análisis de sangre.
Cuidar de nuestra salud debe ser una prioridad en la vida y para ello nada como la prevención. Podemos prevenir contagiarnos si mantenemos una buena higiene, evitamos tomar agua y alimentos contaminados, evitamos el contacto con sangre infectada, mantenemos sexo seguro y contamos con nuestro control de vacunación. Ambas vacunas son recomendadas para todas las personas. La A se aplica por primera vez entre los 12 y 23 meses de edad en dos dosis con un intervalo de 6 meses. La B se aplica al nacer y se completa la serie a los seis meses de edad. Todas las personas a quienes no se les haya suministrado su dosis, sin importar su edad, también deberían ser vacunados.
Si quieres mantenerte sano y no quieres audicionar para la próxima película de Los Minions, te recomendamos estar el día con estas vacunas.
En Passport Health ponemos a tu disposición a nuestros expertos en vacunación. Visita la clínica más cercana o agenda una cita en cualquiera de ellas para poder brindarte un mejor servicio.