Mark Kendall fue acreedor a la Young Florey Medal en 2016 por haber conseguido un gran avance en el terreno de las vacunas. ¿Qué hizo exactamente este profesor de la Universidad de Queensland? Creó el nanoparche.
El trabajo de Kendall llamó la atención de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y la Organización Mundial de la Salud. Ahora, el profesor está trabajando con Vaxxas y el Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de la universidad para llevar el parche al mercado.
Vaxxas es una compañía que trabaja para mejorar las vacunas actuales y para crear la siguiente generación de inmunizaciones.
De acuerdo con esta compañía, el parche no sólo está libre de agujas, sino que permite ahorrar recursos y promete una mayor seguridad. Con base en su aspecto, el nanoparche parece cumplir estas promesas.
En vez de una aguja, la vacuna se encuentra en un parche que luce como una curita. Esto no sólo tiene el potencial de volver obsoletas las agujas, sino que puede proveer una alternativa para aquellas personas que temen las inyecciones.
El parche se concentra en las células inmunes que se encuentran en la capa exterior de la piel con diferentes micro proyecciones.
Ya no serán necesarias las inyecciones que se introducen a varios centímetros de la superficie. Con el parche, la vacuna se libera justo debajo de la piel.
Las vacunas se mantienen secas y cubiertas mientras están en el parche. La cubierta se libera apenas entra en contacto con la piel.
Las vacunas actuales se concentran en músculos específicos cuando son inyectadas. La liberación al contacto en las células de la piel es una alternativa a las inyecciones musculares. Los sujetos que se han sometido a pruebas aseguran que se trata de una tecnología libre de dolor y que permitirá eliminar los aditivos de las vacunas.
Estos aditivos o sustancias auxiliares se usan para incrementar la respuesta inmune del cuerpo. Al concentrarse directamente en las células inmunes, estas vacunas no dependen de los aditivos. Además, las vacunas tradicionales requieren de refrigeración al ser transportadas y almacenadas. Con la capa en seco de los parches se elimina esta necesidad.
Esto podría ser una revolución médica en los países en desarrollo. Muchas inmunizaciones indispensables para estas poblaciones deben seguir una estricta cadena de refrigeración para que se mantenga su efectividad. Un parche eliminaría este problema, facilitando la aplicación de vacunas en comunidades rurales.
Los parches ya han probado su éxito al ser usados para la vacuna contra la poliomielitis. En las pruebas, sólo se requería la aplicación del uno por ciento de la dosis que se emplea actualmente para prevenir la enfermedad.
Esta reducción en la dosis podría ayudar a prevenir la escasez de vacunas. Si se necesita una menor cantidad por persona, más individuos podrán ser vacunados.
Aunque esto podría parecer un milagro para las personas que temen a las agujas, los beneficios podrían ser aún mayores para los habitantes de los países pobres.
Dado que el nanoparche brinda un mayor beneficio en relación a su costo, sería más fácil acceder a él en las áreas más pobres. Kendall espera producir vacunas que tengan un costo de 50 centavos de dólar por dosis. Se trata de una pequeña fracción del costo actual.
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